Sociedades Precolombinas y Medievales

Después de ver ambos videos realiza un cuadro de semejanzas y diferencias en la sociedad precolombinas y europeas. Realiza un escrito en que sociedad te hubiese gustado pertenecer y por qué?

Escucha  la canción "La Maldición de Malinche", con base en la letra de ella, resalta aspectos que te hayan llamado la atención  y explica tus razones.

Actividad a desarrollar. Después de  ver los vídeos,  Responde:

  • ¿Qué  opinión te merece el proceso de  conquista español?
  • ¿Qué consecuencias tuvo la colonización española en América?
  • ¿Por qué es inapropiado llamar a nuestros pueblos originarios indios?
  • ¿Crees que la situación del indígena o nuestros nativos ha cambiado? Explica tu respuesta.

 

Contextualizando.

¿Que opinas de la siguiente analogía? : "El  Covid 19 es  a la sociedad actual, como fueron los virus a la sociedad precolombina"

Argumenta tu respuesta.

 

Actividades Adicionales.

EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. (Historia 7°)

 

AMÉRICA Y EUROPA ENCUENTRO DE DOS MUNDOS.

Durante muchos siglos, el continente americano estuvo aislado del resto del mundo y era desconocido para los europeos, quienes creían desde la antigüedad y también en la edad media, que más allá del gran océano Atlántico, podía existir seres maravillosos y mundos llenos de riquezas. Sin embargo, muchas causan, entre las que se encuentran las múltiples exploraciones geográficas y la búsqueda de nuevas rutas comerciales, ampliaron el horizonte del mundo.

 

La llegada de Cristóbal Colón a la isla Guanahani en 1492 comenzaría a derrumbar la concepción fantástica del mundo. Este descubrimiento abrió la puerta para un proceso de conquista y colonización.

 

REFLEXIONE Y PIENSE...

 

¿Qué significado crees que tuvo el término descubrimiento para los españoles que llegaron      a América, y para los indígenas que habitaban el nuevo mundo?

 

¿Cómo consideras que era la vida cotidiana de los indígenas antes de la llegada de los españoles?

 

EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.

Durante la segunda mitad del siglo xv, los reinos de España y Portugal acentuaron sus esfuerzos por lograr una expansión marítima. Mientras que Portugal estableció factorías en las costas africanas y asiáticas, España lo intento por medio de una empresa arraigada y desconocida: la búsqueda de una ruta marítima hacia la India por La Mar Océano, nombre que tenía el océano Atlántico.

 

CRISTÓBAL COLÓN Y LOS REYES CATÓLICOS.

Afínales del siglo XV, España había logrado su unidad política con el matrimonio entre ISABEL I DE CASTILLA Y FERNANDO V DE ARAGON, soberanos conocidos como los REYES CATOLICOS. En 1492, luego de obtener la unidad territorial y religiosa, al derrotar a los moros y expedir un decreto que expulsaba a los judíos, los reyes apoyaron la empresa del navegante genovés CRISTÓBAL COLÓN, que consistía en descubrir las tierras e islas ubicadas al oeste de la península IBÉRICA, a cambio, Colón recibía los títulos de virrey y capitán General sobre los territorios descubiertos, obteniendo una décima parte de los beneficios económicos de la empresa.

 

Este convenio quedo suscrito en un documento conocido como CAPITULACIONES DE  SANTA FE.

 

EL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO.

El primero y trascendental de los viajes a América se inició en el puerto de Palos de Moguer inicia el 3 de agosto de 1492 formando una flota de tres naves, la Santa María (a bordo de la cual iba Colón), la Pinta y la Niña. La primera etapa terminó en las Islas Canarias donde se hicieron algunas reparaciones y desde donde no partieron las naves hasta el día 6 de septiembre. El propósito de Colón al viajar hacia el sur fue evitar los vientos del oeste que soplan en latitudes mayores. Entre los paralelos 25 y 30 estos vientos contrarios no se dan, sino que la navegación hacia el oeste se beneficia de los vientos alisios que impulsan hacia el oeste, en dirección a lo que Colón pensaba que era el Extremo Oriente de Asia.

 

Este viaje (de Canarias a América) duró poco más de cinco semanas casi siempre con vientos favorables. Un auténtico “paseo” comparado con el casi un año que invirtió Vasco de Gama en llegar a la India. Y sin embargo el viaje de Colón incluía no pocos aspectos admirables. Dejando de lado el mérito de Colón para poner en marcha una expedición rechazada por los expertos como inviable y que, de hecho, Colón estaba muy equivocado en las distancias (eran mucho mayores) que separaban España de las costas de Asia; hay que valorar lo que supone en aquellos tiempos navegar por mar abierto, por rutas desconocidas y sin ser capaz de medir la longitud, ni la latitud con demasiada precisión.

 

Prácticamente el único instrumento del que disponía Colón era la brújula con el cual se podía sólo fijar el rumbo, es decir, en su caso podría mantener las naves en dirección oeste de una manera razonablemente precisa. Los navegantes averiguaban el paralelo en el que se encontraban (la latitud) mediante la observación y cálculo del ángulo de visión de ciertos astros como la estrella Polar. La distancia recorrida era calculada de manera aproximada.

 

En función de esa distancia los navegantes podrían hacerse una idea de sobre que meridiano (la longitud) se encontraba la nave. Conocidas ambas coordenadas se podría fijar la posición de la nave, aunque en los siglos XV y XVI el cálculo de la longitud era tan aproximado, que se cometían enormes errores a la hora de fijar la posición de un barco o un accidente geográfico. Estas condiciones de navegación tan difíciles están probablemente en el origen de muchas de las leyendas surgidas en torno al viaje de Colón.

 

Se ha dicho que Colón no se hubiera aventurado de no disponer de más información de la que confesaba, llegándose incluso a decir que ya conocía la existencia de tierra al otro lado del Atlántico por la confesión de algún misterioso navegante arrastrado al otro lado del Atlántico por tempestades.

 

La realidad es que quienes se oponían al proyecto de Colón no lo hacían porque pensasen que la dirección fuese incorrecta, de hecho, muchos reconocerían que supuesto que la tierra es una esfera podría llegarse al este viajando hacia el oeste; sino porque consideraban que la distancia entre las costas ibéricas y las del extremo oriente eran insuperables para los barcos de la época.

 

Se dice que Colón pensaba que entre las costas españolas y las de Asia habría sobre cinco mil kilómetros, cuando la realidad es que esa cantidad hay que multiplicarla por cuatro. Por suerte para el proyecto castellano en medio estaba América, donde llegó Colón el 12 de octubre de 1492.

 

En América Colón recorrió el mar Caribe llegando a Cuba o lo que es hoy la República Dominicana. En esos viajes se perdió la nave Santa María, con cuyos restos se construyó un fuerte en el que se quedaron unos pocos voluntarios.

 

El 15 de enero de 1493 la expedición inició su regreso a España, y aunque habían encontrado poco de lo que buscaban (no habían aparecido ni las especias, ni las ricas ciudades asiáticas), el Almirante procuró darle un aspecto interesante a los descubrimientos realizados cuando tras llegar a Palos se trasladó a Barcelona para informar personalmente a los Reyes Católicos de sus descubrimientos. Además fue cuando se publicó la conocida Carta de Colón que sería reimpresa en multitud de ocasiones y daría fama a su descubridor por toda Europa.

 

EL REPARTO DEL MUNDO.

Las noticias del descubrimiento de una nueva ruta hacia Oriente hicieron reinarlas disputas entre España y Portugal. Como ambas monarquías eran cristianas, pusieron al tanto de sus diferencias al papa Alejandro VI, quien actuó como mediador.

 

En 1493, el papa dicto la BULA INER CAETERA, en la cual se estableció un Meridiano ubicado a 100 leguas al oeste de la isla de cabo Verde que dividiría los territorios descubiertos y por descubrir entre la corona de Castilla, al oeste del meridiano, y la corona portuguesa, al oriente de dicha línea.  Inconforme, el rey de Portugal, JUAN II, logró llegar a un acuerdo con los reyes católicos en 1494, fecha en que firmaron el TRATADO DE TORDESILLAS, en el que se estipulaba correr el meridiano hasta 370 leguas al oeste de las islas de cabo Verde.

 

 

EL TRATADO DE TORDESILLAS.

El precedente del Tratado de Tordesillas, fue el Tratado de Alcaçovas, firmado en 1479 entre las coronas castellana y portuguesa. En dicho tratado no sólo se ponía fin a la guerra de sucesión provocada tras la muerte del rey Enrique IV por el trono castellano entre Isabel La Católica y Juana la Beltraneja, sino que además se repartían los derechos de navegación y conquista del Océano Atlántico.

 

Según este tratado, el reino de Castilla, así como las Islas Canarias, serían para Isabel y Fernando, mientras que Madeira, Porto Santo, las Azores y las Islas de Cabo Verde, así como el derecho de conquista del reino de Fez y el derecho de navegación al sur del paralelo de las Canarias, serían para Portugal.

 

Múltiples incidentes ponen continuamente en peligro la paz conseguida en Alcaçobas. Los problemas se intensifican cuando Juan II de Portugal, tras recibir a Cristóbal Colón en Valparaíso, en 1493, al regreso victorioso de su primer viaje, le advierte que si las tierras que acababa de descubrir se hallaban al sur del paralelo de las Canarias, pertenecían, según lo estipulado en el Tratado de Alcaçobas, a Portugal.

 

El conflicto había estallado entre ambas potencias. Los portugueses pretenden que el paralelo de las Canarias sirva de límite a las conquistas de ambos reinos. Los Reyes Católicos rechazan esta pretensión y tratan de conseguir que Juan II se quede con África y deje para los castellanos las nuevas tierras descubiertas.

 

Este intento por parte de los Reyes castellanos, se concreta en la promulgación por el Papa Alejandro VI de tres bulas en 1493: la "I Inter Caeteras" se establece que todas las tierras descubiertas por Colón y las que posteriormente se descubran serán para Castilla; en la "II Inter Caeteras" se modifica el sentido de la primera y se fija una línea a 100 leguas al oeste de las Azores y Cabo Verde que define el dominio marítimo y terrestre de Castilla; en la tercera bula, "Eximiae devotiones" no se menciona para nada la segunda y se ratifica lo señalado en la primera, ampliando los dominios asignados a los castellanos.

 

La firmeza de Juan II al rechazar estas soluciones, así como el deseo sincero de ambos reinos de no reiniciar una nueva guerra, unida a la incertidumbre de los Reyes Católicos ante los secretos del Océano y la amenaza de Carlos VIII de Francia contra el Papa, motivaron una larga serie de contactos y negociaciones que se materializaron en 1494 en Tordesillas.

 

Los Tratados de Tordesillas. El día 7 de junio de 1494, en la villa de Tordesillas, Castilla y Portugal firman un tratado que dividía el océano Atlántico por medio de una raya trazada de polo a polo, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando el hemisferio oriental para la Corona de Portugal y el hemisferio occidental para la Corona de Castilla.

 

 De esta forma los Reyes Católicos y el rey Juan II de Portugal se ponen de acuerdo sobre qué conquistas podrán realizar ambos estados en relación con el mundo recién descubierto.

 

Este tratado de partición oceánica presenta la gran novedad de que por primera vez se establece una frontera que divide tanto el mar como la tierra, suponiendo además una nueva concepción de división territorial que va a determinar la actual configuración de América del Sur.

 

Este mismo día, y también en Tordesillas, ambas potencias firman otro tratado que resuelve todos los litigios que, desde tiempo atrás vienen manteniendo ambos reinos acerca de los espacios e intereses africanos y que justifican y complementa al tratado oceánico.

 

En el tratado africano, portugueses y castellanos dividen el reino de Fez para futuras conquistas y regulan los derechos de pesca y navegación por las costa atlántica africana, asegurándose los castellanos los territorios de Melilla y Cazaza y la pesca hasta el cabo de Bojador, así como las operaciones de asalto a esos territorios, desde Bojador hasta el Río de Oro. El pacto africano tendrá para Castilla un valor extraordinario ya que hacía apenas dos años que los Reyes Católicos habían concluido la Reconquista, con la anexión de Granda y ese acuerdo con Portugal, delimitaba la zona de futura conquista y expansión del cristianismo hispano frente al Islam en el norte de África, objetivo prioritario de la monarquía española.

 

El acto final de las negociaciones se llevó a cabo sin la presencia de los reyes, los cuales habían delegado sus poderes en unos procuradores plenipotenciarios. Tres por cada nación. Por parte de Portugal: Ruy de Sousa, su hijo Juan de Sousa y el licenciado Aires Dalmada y Esteban Vaéz asiste como notario. Por Castilla: Don Enrique Enríquez, Don Gutiérrez de Cárdenas y el Doctor Rodrigo Maldonado. Actúa de notario Fernando Álvarez de Toledo.

 

Aunque los acuerdos firmados el día 7 de junio eran firmes porque los procuradores tenían plenos poderes, ambas partes decidieron darse un plazo prudencial para que fuesen ratificados por sus respectivos monarcas: 50 días para el Tratado Africano y 100 días para el Tratado Oceánico, ya que se hacía necesaria una espera para saber lo que hubieran descubierto hasta el 20 de junio los navíos castellanos que navegan por el Atlántico. Los Reyes Católicos ratifican el tratado en Arévalo y Juan II en Setúbal.

 

LOS VIAJES DE CRISTÓBAL COLÓN.

 

Antecedentes.  La caída de Constantinopla (1453) en manos de los turcos obligaron a los europeos a buscar nuevas rutas comerciales para restablecer el comercio con el Lejano Oriente (India y China).

La Corona portuguesa tomó la iniciativa impulsando las exploraciones por el borde de África. Uno de sus principales éxitos fue la llegada de Bartolomé Ruiz acabo de la Buena Esperanza en 1487.

El navegante italiano Cristóbal Colón preparó un proyecto para llegar al continente asiático cruzar el mar Tenebroso (océano Atlántico).

 

Fue rechazado por el rey Juan II de Portugal, pero encontró apoyo en la reina Isabel La Católica de España. Con ella firmó un contrato llamado “Capitulación de Santa Fe" (17 de abril de 1492)...

 

En su primer viaje (1492-1493) Colón llegó a varias islas del Caribe: Guanahaní (San Salvador), Cuba (Juana) y Santo Domingo   (La Española). En La Española chocó su mejor barco, la "Santa María", y con su madera se construyó un fortín llamado "La Navidad". Colón regresó a España en la carabela "La Niña”.

 

En su segundo viaje (1496-1496) Colón descubrió las Pequeñas Antillas (Dominica y Guadalupe), pasó por Puerto Rico (San Juan Bautista) y llegó a La Española donde encontró el fortín La Navidad destruido. Muy cerca, fundó su primera ciudad a la que bautizó como La Isabela.

Después exploró Cuba y navegando al sur descubrió Jamaica (Santiago).

 

En su tercer viaje (1498-1500) Colón descubrió la isla Trinidad y la desembocadura del río Orinoco en Venezuela (Tierra de Gracia). Al regresar a La Española lo tomaron preso por las quejas de los españoles descontentos con sumando. Regresó encadenado a España, donde la reina Isabel lo liberó.

 

 En su cuarto viaje: Se inició el 11 de mayo de 1502 y prolongo hasta el 7 de agosto de 1504, Colón exploró las costas de América Central (Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá).

 

Muerte de Colón.

Cristóbal Colón falleció en Valladolid (España) en 1506, creyendo que en sus 4 viajes había explorado islas y tierra firme del continente asiático.

 

TALLER SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.

 

1¿Que sucedió en la segunda mitad del siglo XV, entre los reinos de España y Portugal; y que estableció Portugal; y que intento España?

 

2 ¿Qué había logrado España a finales del siglo XV?

 

3 ¿Qué sucede en España en 1492, luego de obtener la unidad territorial y religiosa?

 

4. ¿Qué le ofrecen los reyes católicos a Cristóbal por los territorios descubiertos?

 

5. ¿El convenio que hacen los reyes católicos y Colon que nombre recibe?

 

6. ¿Cuándo se inicia el viaje del descubrimiento por Colón y que día llega a la isla de guanáhani?

 

7. ¿Con que otros nombres colon bautizo a la isla done llego el día 12 de octubre?

 

8. ¿Con que nombre bautiza colon a las islas de Cuba y Haití?

 

9. ¿En qué año colon llega a Barcelona y escriba el informe que colon escribió a los reyes?

 

10. ¿Qué día y año llego colon américa y que territorios recorre?

 

 

11. ¿Por qué sedaba la disputa entre España y Portugal y ante quien ponían sus diferencias?

Lectura Recomendada

Lunes, 06 de Abril de 2020

CRISTÓBAL COLÓN, EL GENOCIDA SIN ESCRÚPULOS.

La cuestión que más acuciaba a Colón era: ¿dónde está el oro? Y para conseguirlo no reparó a la hora de acabar con la vida de quienes le habían recibido con ingenua complacencia

 

Desde los tiempos inmemoriales de la escuela nacional católica del franquismo, se nos enseñó que Colón era nuestro héroe histórico, que había descubierto el "nuevo" continente y llevado la civilización a los "indios" que lo habitaban. Con el transcurso del tiempo descubrimos que Colón no era ni siquiera español, ni había descubierto un nuevo continente, y que lo que había en aquel continente no eran "indios" sino aborígenes americanos. En este didáctico trabajo del historiador estadounidense a Howard Zinn nos descubre el rostro macabro de un Colón del que nunca nos habían hablado en la escuela.

 

 

   Howard Zinn, autor del texto que reproducimos, es un célebre historiador  estadounidense, que ha publicado más de 20 libros sobre esa materia. Nacido en Brooklyn, en 1922, falleció en  California en el año 2010, a los 87 años.

     Desde la década de 1960, Zinn fue un auténtico referente  en su país  en la lucha por los derechos civiles y el movimiento antibélico .  Entre sus libros más conocidos en el exterior,  se encuentra "A People's History of the United States", editada en castellano bajo el título de  "La otra historia de los Estados Unidos".

 

 

POR HOWARD ZINN

 

      "Los hombres y las mujeres arawak, desnudos, morenos y presos de la perplejidad, emergieron de sus poblados hacia las playas de la isla y se adentraron en las aguas para ver más de cerca el extraño barco.

 

      Cuando Colón y sus marineros desembarcaron portando espadas y hablando de forma rara, los nativos arawak corrieron a darles la bienvenida, a llevarles alimentos, agua y obsequios.

 

 

      "Nos trajeron loros y bolas de algodón, - escribió Colón en su diario - langas y muchas otras cosas más que cambiaron por cuentas cascabeles de halcón. No tuvieron ningún inconveniente en darnos todo lo que poseían... Eran de fuerte constitución, con cuerpos bien hechos" hermosos rasgos... Al enseñarles una espada, la cogieron por la hoja y se cortaron al no saber lo que era. Con cincuenta hombres los subyugaríamos a todos, con ellos haríamos lo que quisiéramos".

 

 

       Estos arawaks de las Islas Antillas se parecían mucho a los indígenas del continente, que eran extraordinarios - así los calificarían repetidamente los observadores europeos- por su hospitalidad, su entrega a la hora de compartir. Estos rasgos no estaban precisamente en auge en la Europa renacentista, dominada  por la religión de los Papas, el gobierno de los reyes y la obsesión por el dinero que caracterizaba la civilización occidental y su primer emisario a las Américas, Cristóbal Colón.

 

 

ENFEBRECIDO POR EL ORO

 

       La cuestión que más acuciaba a Colón era: ¿dónde está el oro? Había convencido a los reyes de España a que financiaran su expedición a esas tierras. Esperaba que al otro lado del Atlántico -en las "Indias" y en Asia - habría riquezas, oro y especias. Como otros ilustrados contemporáneos suyos, sabía que el mundo era esférico y que podía navegar hacia el oeste para llegar al Extremo Oriente.

 

 

         España acababa de unificarse formando uno de los nuevos Estado-nación modernos, como Francia, Inglaterra y Portugal. Su población, mayormente compuesta por campesinos, trabajaba para la nobleza, que representaba el 2% de la población, siendo éstos los propietarios del 95% de la tierra.

 

 

      España se había comprometido con la Iglesia Católica, había expulsado a todos los judíos y ahuyentado a los musulmanes. Como otros estados del mundo moderno, España buscaba oro, material que se estaba convirtiendo en la nueva medida de la riqueza, con más utilidad que la tierra porque todo lo podía comprar.

 

 

        Había oro en Asia, o así se pensaba, y ciertamente había seda y especias, porque hacía unos siglos, Marco Polo y otros habían traído cosas maravillosas de sus expediciones por tierra. Al haber conquistado los turcos Constantinopla y el Mediterráneo oriental, y al estar las rutas terrestres a Asia en su poder, hacía falta una ruta marítima. España decidió jugar la carta de una larga expedición a través de un océano desconocido. El objetivo era claro: obtener esclavos y oro.

 

 

 

EL NEGOCIO DEL "DESCUBRIMIENTO"

 

         A cambio de la aportación de oro y especias, a Colón le prometieron el 10% de los beneficios, el puesto de gobernador de las tierras descubiertas, además de la fama que conllevaría su nuevo título: Almirante del Mar Océano. Era comerciante de la ciudad italiana de Génova, tejedor eventual -hijo de un tejedor muy habilidoso-, y navegante experto.

 

 

       Embarcó con tres carabelas, la más grande de las cuales era la Santa María, velero de unos treinta metros de largo, con una tripulación de treinta y nueve personas. Colón nunca hubiera llegado a Asia, que distaba miles de kilómetros más de lo que él había calculado, imaginándose un mundo más pequeño. Al cubrir la cuarta parte de esa distancia dio con una tierra desconocida que no figuraba en mapa alguno y que estaba entre Europa y Asia: las Américas.

 

 

       Esto ocurrió a principios de octubre de 1492, treinta y tres días después de que él y su tripulación hubieran zarpado de las Islas Canarias, en la costa atlántica de África. De repente vieron ramas flotando en el agua, pájaros volando. Entonces, el día 12 de octubre, un marinero llamado Rodrigo vio la luna de la madrugada brillando en unas arenas blancas y dio la señal de alarma. Eran las islas Antillas, en el Caribe. Se suponía que el primer hombre que viera tierra tenía que obtener una pensión vitalicia de 10.000 maravedíes, pero Rodrigo nunca la recibió. Colón dijo que él había visto una luz la noche anterior y fue él quien recibió la recompensa.

 

 

       Cuando se acercaron a tierra, los indios arawak les dieron la bienvenida nadando hacia los buques para recibirles. Los arawak vivían en pequeños pueblos comunales, y tenían una agricultura basada en el maíz, las batatas y la yuca. Sabían tejer e hilar, pero no tenían ni caballos ni animales de labranza. No tenían hierro, pero llevaban diminutos ornamentos de oro en las orejas. Este hecho iba a traer dramáticas consecuencias: Colón apresó a varios de ellos y les hizo embarcar, insistiendo en que le guiaran hasta el origen del oro. Luego navegó a la que hoy conocemos como isla de Cuba, y luego a la Hispaniola -la isla que hoy se compone de Haití y la República Dominicana-. Allí, los destellos de oro visibles en los ríos y la máscara de oro que un jefe indígena local ofreció a Colón provocaron visiones delirantes de oro sin fin.

 

 

 

LA PRIMERA BASE MILITAR EUROPEA EN AMÉRICA

 

      En Hispaniola, Colón construyó un fuerte con la madera de la Santa María, que había embarrancado. Fue la primera base militar europea en el hemisferio occidental. Lo llamó Navidad, y allí dejó a treinta y nueve miembros de su tripulación con instrucciones de encontrar y almacenar oro. Apresó a más indígenas y los embarcó en las dos naves que le quedaban. En un lugar de la isla se enzarzó en una lucha con unos indígenas que se negaron a suministrarles la cantidad de arcos y flechas que él y sus hombres deseaban. Dos fueron atravesados con las espadas y murieron desangrados. Entonces la Niña y la Pinta embarcaron rumbo a las Azores y a España. Cuando el tiempo enfrió, algunos de los prisioneros indígenas murieron.

 

 

     El informe de Colón a la Corte de Madrid era extravagante. Insistió en el hecho de que había llegado a Asia -se refería a Cuba- y a una isla de la costa china (Hispaniola).

 

 

    "Hispaniola es un milagro. Montañas y colinas, llanuras y pasturas, son tan fértiles como hermosas... los puertos naturales son increíblemente buenos y hay muchos ríos anchos, la mayoría de los cuales contienen oro... Hay muchas especias, y nueve grandes minas de  otros metales..."

 

 

Los indígenas, según el informe de Colón:

 

   "son tan ingenuos, generosos con sus posesiones que nadie que no les hubiera visto se lo creería".

 

 

     Concluyó su informe con una petición de ayuda a Sus Majestades, y ofreció que, a cambio, en su siguiente viaje, les traería "cuanto oro necesitasen... y cuantos esclavos pidiesen". Se prodigó en expresiones de tipo religioso:

 

    "Es así que el Dios eterno, Nuestro Señor, da victoria a los que siguen Su camino frente a lo que aparenta ser imposible".

 

  

FRACASO DE LA RESISTENCIA

 

       Los arawaks intentaron reunir un ejército de resistencia, pero se enfrentaban a españoles que tenían armadura, mosquetes, espadas y caballos. Cuando los españoles hacían prisioneros, los ahorcaban o los quemaban en la hoguera. Entre los arawaks empezaron los suicidios en masa con veneno de yuca. Mataban a los niños para que no cayeran en manos de los españoles. En dos años la mitad de los 250.000 indígenas de Haití habían muerto por asesinato, mutilación o suicidio.

 

 

TESTIMONIO DEL GENOCIDIO

 

       La principal fuente de información sobre lo que pasó en las islas después de la llegada de Colón -y para muchos temas, la única- es Bartolomé de las Casas. De sacerdote joven había participado en la conquista de Cuba. Durante un tiempo fue el propietario de una hacienda donde trabajaban esclavos indígenas, pero la abandonó y se convirtió en un vehemente crítico de la crueldad española. Las Casas transcribió el diario de Colón y, a los cincuenta años, empezó a escribir una Historia de las Indias en varios volúmenes.

 

 

      Las Casas habla del tratamiento de los indígenas a manos de los españoles:

 

   "Testimonios interminables... dan fe del temperamento benigno y pacífico de los nativos... Pero fue nuestra labor la de exasperar, asolar, matar, mutilar y destrozar; ¿a quién puede extrañar, pues si de vez en cuando intentaban matar a alguno de los nuestros?... El almirante, es verdad, fue tan ciego como los que le vinieron detrás,  y tenía tantas ansias de complacer al Rey que cometió crímenes irreparables contra los indígenas..."

 

EPÍLOGO

       

     El hecho de enfatizar el heroísmo de Colón y sus sucesores como navegantes y descubridores y de quitar énfasis al genocidio que provocaron no es una necesidad técnica sino una elección ideológica. Sirve -se quiera o no- para justificar lo que pasó.

     

 

     Lo que quiero resaltar aquí no es el hecho de que debamos acusar, juzgar y condenar a Colón in absentia, al contar la historia. Ya pasó el tiempo de hacerlo; sería un inútil ejercicio académico de moralística. Quiero hacer hincapié en que todavía nos acompaña la costumbre de aceptar las atrocidades como el precio deplorable pero necesario que hay que pagar por el progreso.

 

 

     El tratamiento de los héroes (Colón) y sus víctimas (los arawaks), -la sumisa aceptación de la conquista y el asesinato en el nombre del progreso-. es sólo un aspecto de una postura ante la historia que explica el pasado desde el punto de vista de los gobernadores, los conquistadores, los diplomáticos y los líderes. Es como si ellos -por ejemplo, Colón- merecieran la aceptación universal; como si ellos, - los Padres Fundadores, Jackson, Lincoln, Wilson, Roosevelt, Kennedy, los principales miembros del Congreso, los famosos jueces del Tribunal Supremo-, representaran a toda la nación.

 

 

         No debemos aceptar la memoria de los estados como cosa propia. Las naciones no son comunidades y nunca lo fueron. La historia de cualquier país, si se presenta como si fuera la de una familia, disimula terribles conflictos de intereses (algo explosivo, casi siempre reprimido) entre conquistadores y conquistados, amos y esclavos, capitalistas y trabajadores, dominadores y dominados por razones de raza y sexo.

 

 

         Prefiero explicar la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arawaks; la de la Constitución, desde la posición de los esclavos; la de Andrew Jackson, tal como lo verían los cherokees; la de la Guerra Civil, tal como la vieron los irlandeses de Nueva York; la de la Guerra de México, desde el punto de vista de los desertores del ejército de Scott; la de la eclosión del industrialismo, tal como lo vieron las jóvenes obreras de las fábricas textiles de Lowell; la de la Guerra Hispano-Estadounidense vista por los cubanos; la de la conquista de las Filipinas tal como la verían los soldados negros de Luzón; la de la Edad de Oro, tal como la vieron los agricultores sureños; la de la 1 Guerra Mundial, desde el punto de vista de los socialistas, y la de la Segunda vista por los pacifistas; la del New Deal de Roosevelt, tal como la vieron los negros de Harlem; la del Imperio Americano de posguerra, desde el punto de vista de los peones de Latinoamérica. Y así sucesivamente, dentro de los límites que se le imponen a una sola persona, por mucho que él o ella se esfuercen en "ver" la historia desde otros puntos de vista.

 

 

¿Qué  opinión te  merece  el escrito de  Howard   Zinn ?

 

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